Este documental nos muestra, que la experiencia no se improvisa, 25 años en la profesión como conductor de buses, se logra con disciplina y un sinfín de cualidades, cada mañana Don Uriel, más conocido entre sus compañeros como “La Gallina”. Saliendo de su casa, a las 4:30 am, aun de noche y con sus insignias militares y escarapela colgadas de su camisa, comienza un nuevo día.
Revisa minuciosamente cada detalle de su bus, después de esta rutina; recoge su planilla, donde con 11 recorridos diarios que debe realizar, cada uno con un tiempo determinado y preciso, empieza a poner en juego su puntualidad y manía de mirar su reloj cada 3 o 5 minutos, para llegar a tiempo a siguiente control de buses, pero lo más importante es llevar sus pasajeros a sus destinos. Su tiempo es muy cronometrado, algunos días tiene tiempo de compartir un tinto en la mañana con sus compañeros, hablar de experiencias o algún chiste suelto que motiva las mañanas frías de Manrique.
Cada espacio donde uno labora, se convierte en una representación de nuestra personalidad, Don Uriel tiene pequeños detalles, que le han dado su propio estilo, algunos tan sencillos pero con una carga de sentimiento e historia, como; una piedra que está en el bus hace 15 años, que trajo de un paseo, de los charcos de Barbosa con su familia, la oración del conductor que tiene pegada enfrente suyo, la virgen que no pueden faltar y protegen a los conductores de nuestra ciudad o una tela que le hizo su esposa para cubrir la palanca de cambios.
Algunas personas pasan desapercibidas por nuestra vida, de esas que vemos todos los días y no nos tenemos a pensar que entre el caos de la ciudad, el calor, el frio, el mal humor de un pasajero, el tráfico y la rutina. Todos los días se levantan y a pesar de sus propios problemas nos llevan de un lugar a otro.
Personaje: Don Uriel Díaz
Fotografía Documental y diseño: Luna
Asistente: Andrea Díaz
Edición de Video: Luna
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